Objetivos
Que la masonería no está anclada en el
pasado; ese es el mensaje que queremos lanzar. Que no vive en el siglo
“de las luces”, y ante los avances en campos como la informática, la
ingeniería genética o la organización del universo, pretenden responder a
sus dudas éticas desde un punto de vista actual. Para la Masonería, la
sociedad de nuestro tiempo “tendrá que alimentarse de las auténticas
necesidades de los ciudadanos para determinar sus objetivos”. De ahí que
los masones españoles afrontemos los retos de este siglo confiando en
que el debate aporte nuevas vías de reflexión y actuación”.
La crítica, la reflexión, el ideario que
impulsó el nacimiento de muchas repúblicas en épocas pasadas, se
mantiene vigente aunque la implicación política, la acción directa más
allá del posicionamiento claro en la libertad de pensamiento e
individual, es la que no aparece; es el único” debe” en la lista
histórica de esta organización.
La estigmatización que sufre la masonería
en nuestro país, debido a la moral cristiana imperante y a la peor
tradición de la dictadura franquista, ha hecho que parte de la sociedad
vea a los seguidores de estas logias como el enemigo número uno de las
religiones. En palabras de Jordi Farrerons, Serenísimo Gran Maestre de
la Gran Logia Simbólica Española, “no tenemos ningún problema con la
Iglesia católica, ni con ninguna religión. Creemos que las religiones
son algo personal”. Un paso más allá iba Alain Fumaz, 1º Gran Maestre
Adjunto del Gran Oriente de Francia: para él, defender la laicidad del
Estado es “la mejor defensa de la religión”, un mensaje de tolerancia
del que el mismo Fumaz destaca la importancia de un Estado laico y
aconfesional “que permita a cada uno actuar según sus creencias
respetando a los demás”.
Muy al hilo con las revueltas en el mundo
árabe, los masones creen que los problemas actuales de la humanidad se
resolverían con una ”justa distribución de los recursos, con la ayuda
real a un desarrollo económico para la población de los países
afectados, y no para sus corruptos gobiernos”. Toda una defensa de una
sociedad abierta, plural, que escucha a los demás y que le gusta ser
escuchada. Promovida por la masonería, esa que aún no ha conseguido
ahuyentar los fantasmas del pasado, liberarse de unos estigmas que no la
abren al conjunto de la sociedad, quién sabe si voluntariamente, para
seguir siendo elitista.
LIBERTAD
Término tan amplio y tan pisoteado por el hombre mismo. El término libertad proviene del latín libertas, libertatis – liber:
que significa libre. Se le define como la facultad natural que tiene el
hombre de obrar de una manera u otra, y de no obrar, por lo que es
responsable de sus actos.
Filosóficamente y en sentido general, por libertad se entiende la ausencia de obstáculos,
como cuando se habla de libertad de movimientos o de la caída libre de
los cuerpos. En este caso, hay libertad cuando la acción se cumple de
acuerdo con la naturaleza del sujeto que se trata, sin impedimento
exterior. En ese sentido, puede hablarse de la libertad del universo, ya
que la realidad considerada como un todo carece de obstáculos. En
sentido especial, el problema de la libertad se restringe al hombre. Y
desde tiempos muy antiguos, se ha entendido la libertad humana como el sometimiento del hombre a los dictados de la razón,
y no a los de la pasión. La libertad supone entonces, un esfuerzo, y es
una conquista que, según la fórmula del filósofo Spinoza, ha de
lograrse día a día para merecerla. Contra esa concepción
intelectualista, el voluntarismo sostiene que la libertad es el ejercicio de la voluntad que se determina a sí misma: decía Bossuet, “cuanto más busco en mí mismo la razón que me determina, siento que no hay en mí más razón que la voluntad”.
Cualquiera de estas dos concepciones
(intelectualista o voluntarista) se opone al determinismo, aunque hable
de determinación, pues decir que el hombre se determina, ya sea por la
razón o por la voluntad, significa decir que se determina a sí mismo,
que es en lo que consiste la libertad.
En las concepciones tradicionales, la
libertad es una realidad del hombre. A partir del siglo XIX se ha
entendido la libertad, no como un mero poder de elección, sino como un
poder de creación: el hombre es libre, y es la única criatura libre,
porque tiene que hacerse a sí mismo. En esto coinciden el
idealismo alemán de Fichte y Hegel con el espiritualismo de Bergson. El
mundo de las cosas es, para Hegel, el mundo del ser en sí, que es lo que es, en tanto que el mundo del espíritu es el mundo del ser para sí, en que cada ser tiene que hacerse a sí mismo. Bergson define la libertad
como el poder por el cual el fondo individual e inexpresable del ser se
manifiesta y se crea él mismo en sus actos. La libertad es creación del
mundo del espíritu, que se distingue del de la naturaleza. Kierkegaard
vio en la libertad la posibilidad que fundamenta todas las
posibilidades. Pero el existencialismo contemporáneo retoma este
análisis y llega a atribuir la libertad exclusivamente al hombre,
negándosela no sólo a las cosas sino al propio Dios, como hace
Heidegger. Para este filósofo en Dios no hay libertad, porque la
libertad exige una carencia que haya de colmarse; en la piedra, en los
animales, no hay carencia de nada, porque no hay en ellos libertad, en
tanto, en el hombre hay libertad y hay carencia. En otras palabras, a
Dios nada le es posible, porque es la perfección; a las piedras y
animales tampoco les es posible nada: son igualmente perfección,
plenitud. El hombre es posibilidad, y hay en él, pues, libertad.
La libertad exterior encuentra en todas
partes límites y obstáculos y, además, varía según la esfera de acción
en que se desarrolla la actividad humana. En especial, se encuentra
subordinada a la idea general de derecho y de las leyes que gobiernan
cada país. Las distintas especies de Libertades que los autores reconocen son:
1.-Libertad natural.
Poder que el hombre posee naturalmente e independientemente de todo
estado social, en emplear sus facultades en hacer lo que le place. Pero
es una abstracción ya que el hombre no puede nacer y vivir aislado, sin
una sociedad, por lo que para el hombre existe solo una libertad social.
La libertad personal es inalienable.
2.-Libertad civil.
Es el poder de hacer, en la esfera de las relaciones que sostienen los
ciudadanos entre sí en un estado, todo lo que las leyes no prohíban.
3.-Libertad política.
Término que se aplica a los Ciudadanos de cada estado en relación con
la intervención más o menos grande que cada ciudadano, de acuerdo a la
constitución de su país, tiene en los asuntos públicos.
4.-Libertad de pensamiento. Facultad de manifestar con total independencia la propia opinión en toda clase de materias.
5.-Libertad de conciencia. Facultad de adoptar y manifestar creencias religiosas sin ser coartado por la autoridad pública.
6.-Libertad de prensa. Derecho de manifestar por escrito o por medio de la imprenta el pensamiento propio.
7.-Libertad de culto. Derecho que los adeptos a las distintas religiones tienen de practicar su culto y enseñar su doctrina.
8.-Libertad de enseñanzas. Derecho de todo individuo de enseñar, con tal que satisfaga las condiciones de capacidad y moralidad que exige la ley.
9.-Libertad personal o individual. Derecho de todo individuo a la posesión exclusiva de su persona.
10.-Otros: Libertad de comercio, libertad de trabajo, libertad de mares, libertad de espacio universal.
SIGNIFICADO DE LA LIBERTAD PARA LA MASONERÍA UNIVERSAL
La libertad es para el
masón, el mayor triunfo alcanzado por la estirpe humana en su constante
evolución. Podemos definirla como la facultad de operar, de combatir
contra las tiranías, las injusticias y las supersticiones. En la
masonería, libertad es libertad de espíritu, de corazón, de la
inteligencia. El don más preciado dado a nosotros por el Gran Arquitecto
del Universo.
Libertad, ansiada palabra que contiene la
máxima aspiración de todo ser humano. Cuánta sangre se ha derramado en
nombre de este sagrado principio. En nuestra orden, se práctica la
libertad en el más amplio sentido de la palabra. Somos hombres libres y de buenas costumbres.
No tenemos ataduras. No estamos obcecados por ideas arrancadas del
fanatismo ni ligados a lazos de superstición. El principio básico de la
libertad, nos ordena librar una lucha contra los tiranos y repudiar
eternamente las tiranías. No puede ser masón quien no es libre; libertad
que no está referida sólo al sentido físico de la existencia, sino
también a la libertad del espíritu, obra o pensamiento.
Quien no es libre en su forma de pensar,
es un presidiario en su manera de actuar. La libertad por sobre todas
las cosas es, el culto al bien y no hacer nada que pueda dañar a otro.
La libertad de uno empieza donde termina la del otro.
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